lunes, 4 de noviembre de 2013

Hola ex-compañeros! Os dejo una breve historia que hace referencia a la necesidad de feed-back, en cualquier tipo de relación: de pareja, padres-hijos, laboral, grupo clase... De como solemos "suponer" en lugar de "preguntar". Y con esta pequeña aportación despedirme de todos vosotros y desearos que os vaya bien bonito en vuestra búsqueda de trabajo, con vuestros "alumnos" y en la vida en general. Un abrazo. Os echo de menos, eh?
   
LA HISTORIA DEL MARTILLO

Un hombre quiere colgar un cuadro. El clavo ya lo tiene, pero le falta un martillo. El vecino tiene uno. Así, pues, nuestro hombre decide pedir al vecino que le preste el martillo. Pero le asalta una duda:
 
         “¿Qué? ¿Y si no quiere prestármelo? Ahora recuerdo que ayer me saludó algo distraído. Quizás tenía prisa. Pero quizás la prisa no era más que un pretexto, y el hombre abriga algo contra mí. ¿Qué puede ser? Yo no le he hecho nada; algo se habrá metido en la cabeza. Si alguien me pidiese prestada alguna herramienta, yo se la dejaría enseguida. ¿Por qué no ha de hacerlo él también? ¿Cómo puede uno negarse a hacer un favor tan sencillo a otro? Tipos como éste le amargan a uno la vida. Y luego todavía se imagina que dependo de él. Sólo porque tiene un martillo. Esto ya es el colmo.”
 
Así nuestro hombre sale precipitado a casa del vecino, toca el timbre, se abre la puerta y, antes de que el vecino tenga tiempo de decir “Buenos días”, nuestro hombre le grita furioso:
 
         “¡Quédese usted con su martillo, so pendo!”

EL ARTE DE AMARGARSE LA VIDA
Paul Watzlawick
Subido por Gema

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