En la exposición personal mediante una
actividad formativa, que los alumnos del curso de docencia de la formación para
el empleo hemos realizado durante tres días, he aprendido:
He aprendido:
Que las acciones formativas han de adecuarse
al tiempo de que disponemos.
He aprendido:
Que un buen esquema es imprescindible incluso
cuando se domina perfectamente la materia.
He aprendido:
Que la improvisación puede funcionar sólo si
se incluye dentro de un plan organizado y con un objetivo claro.
He aprendido:
Que a menudo la lección magistral es el mejor
refugio frente a las carencias docentes.
He aprendido:
Que generar perplejidad mediante preguntas
previamente no aclaradas puede ser una forma de generar interés.
He aprendido:
Que dominar la materia que exponemos es
condición imprescindible para el éxito de cualquier acción formativa.
He aprendido:
Que los recursos didácticos han de adecuarse a
las necesidades de los contenidos que queremos impartir.
He aprendido:
Que la posición del cuerpo es una pieza clave
en la comunicación no verbal.
He aprendido:
Que propiciar la discusión orientada es tarea
que debe incluirse en la actividad formativa mediante la inducción sutil.
He aprendido:
Que el dominio de una materia no es por si
mismo garantía de éxito docente.
He aprendido:
Que ser capaz de dotarse de un claro lugar de
enunciación permite mostrar naturalidad en las reflexiones personales, lo que
contribuye a mejorar la calidad de la comunicación y por tanto el interés del
alumnado.
He aprendido:
Que los recursos didácticos pueden contener
aspectos estéticos que dificulten su eficacia.
He aprendido:
Que responder con firmeza y claridad asertiva
a las cuestiones planteadas, aunque sea para reorientar la pregunta, refuerza
la confianza del alumnado.
He aprendido:
Que ser capaz de motivar y/o sorprender antes
de empezar una actividad centra la atención.
He aprendido:
Que tener mucha prisa por mostrar nuestros
conocimientos no es didáctico y muestra inseguridad como docente.
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